Esta Meditación Eucarística está diseñada para ayudarte a pasar de 30 minutos a una hora en meditación y oración silenciosa con Jesús durante la adoración eucarística. Incluso si no puedes estar físicamente presente en una iglesia o capilla de adoración con el Santísimo Sacramento, puedes unirte espiritualmente a la Eucaristía mientras pasas este tiempo en oración.
LA GRACIA QUE BUSCO: creer que Jesús anhela alimentar mi alma con Él mismo
ENEL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.
Jesús, el Señor de la Vida, se ha entregado a ti en la Eucaristía. En este momento te mira con gran amor a ti, su hijo predilecto. Detente unos instantes y maravíllate ante el don que te ha hecho. Permítete descansar en su mirada de amor. Agradece a Jesús el don de sí mismo en la Eucaristía.
PIDE LA GRACIA: Jesús, ayúdame a creer que tú saciarás todos los anhelos de mi corazón.
Lee despacio, 3-4 veces. Deje que las palabras de la Escritura inunden su mente y su corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable a través de este pasaje.
"Pero la serpiente dijo a la mujer: '¡Ciertamente no moriréis! No, bien sabe Dios que en cuanto comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como dioses que saben lo que es bueno y lo que es malo'. La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, parte de su fruto y lo comió; dio también parte a su marido, que estaba con ella, y él comió". (Génesis 3:4-6)
Permítete sentarte un rato con estas preguntas, atento a cómo el Señor habla en tu corazón.
¿Cuáles son los "frutos" que anhela tu corazón? ¿Hay ocasiones en las que te has aferrado a formas de satisfacer esta hambre en tu corazón, sólo para darte cuenta de que estas cosas no satisfacían? Compártelas abierta y honestamente con el Señor.
Lee despacio, 3-4 veces. De nuevo, deja que las palabras de la Escritura inunden tu mente y tu corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable a través de este pasaje.
Se le acercó el tentador y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes". Él le respondió: 'Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios'". (Mateo 4:3-4)
Permítete sentarte un rato con estas preguntas, atento a cómo el Señor habla en tu corazón.
Jesús desea colmar con su Cuerpo y su Sangre los anhelos más profundos de nuestro corazón. Contemplando la Eucaristía, pide a Jesús que te muestre cómo quiere saciar el hambre de tu corazón. Suplícale que entre en esa hambre con su presencia eucarística.
Permanece en silencio con el Señor. Deja que hable en el silencio, en tu corazón. Acoge su presencia. Si te ayuda, escribe lo que sientes que el Señor te comunica durante este tiempo de oración.
Concede, Dios todopoderoso, por medio de la observancia anual de la santa Cuaresma, que crezcamos en la comprensión de las riquezas ocultas en Cristo y que, con una conducta digna, persigamos sus efectos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.(Colecta, I domingo de Cuaresma)
En cada Misa, Jesús se ofrece al Padre por nosotros. Siempre podemos unir nuestras ofrendas a las de Jesús en la Misa. Este domingo, ofrece tu profundo deseo de la presencia de Jesús, confiando en que Él anhela alimentarte con Él mismo a través de la Eucaristía.
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