El obispo Gregory Mansour, obispo católico de rito maronita, escribió una carta a su Eparquía (similar a una diócesis católica romana) dando varias recomendaciones sobre cómo aumentar el amor a la Eucaristía durante la Eucaristía Avivamiento. Nos ha dado permiso para adaptar sus temas para la Iglesia en general. Estamos muy agradecidos al Obispo Gregory por su liderazgo pastoral. He aquí sus recomendaciones para que todos crezcamos en el amor y la devoción a la Eucaristía:
1. Prepararse adecuadamente para la celebración de la Eucaristía, incluyendo una profunda reflexión sobre las lecturas, la preparación de la música, la observancia del ayuno de una hora antes de recibir la Sagrada Comunión, la acción de gracias adecuada después de recibir la Sagrada Comunión, la dignidad apropiada debida a la Liturgia de la Palabra y de la Eucaristía, y la cuidadosa observancia del propio ritual, ateniéndose a las normas canónicas y litúrgicas de la Iglesia.
2. Debemos examinar nuestra conciencia antes de recibir la Comunión, aprovechando al máximo los medios ordinarios que nos permiten vivir en unión más estrecha con Cristo, es decir, la confesión, la lectura espiritual, la dirección espiritual, los retiros, el Rosario diario, las lecturas de las Escrituras y otras devociones de la Iglesia.
3. Discernir la Presencia Real de nuestro Señor en la Eucaristía, como han hecho todos los cristianos católicos y ortodoxos a lo largo de los siglos, y vivir esta reverencia adecuadamente con respeto a la presencia permanente de nuestro Señor con nosotros.
4. Rezar y trabajar por la unidad de la Iglesia, rezando especialmente para que el Santo Padre, y su ministerio petrino, acerquen a todos los cristianos en la Eucaristía.
5. Pasar un rato tranquilo fuera de la Santa Misa, visitando y adorando al Señor, escondido y presente allí donde se reserva la Eucaristía.
6. Fomentar la adoración eucarística al menos una vez al mes por las vocaciones y por las necesidades de la Iglesia y del mundo, y preparar y celebrar adecuadamente la Novena de Navidad de nueve días con renovada reverencia y respeto al Señor Eucarístico presente con nosotros en el altar.
7. Honrar a la Iglesia, ver su trabajo como una extensión de la llamada eucarística al servicio, ver sus sufrimientos y angustias como una participación en los sufrimientos de Cristo, y vivir una vida moral y ética coherente con las enseñanzas de la Iglesia y la Eucaristía que compartimos.
Éstas son sólo algunas de las muchas cosas que puedes hacer para crecer en tu amor a la Eucaristía. Reza con estos puntos y discierne cómo el Señor te invita a aplicarlos a tu vida y ministerio en la Iglesia.