cruces de oro

Caminar
con alguien

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Todo el mundo puede evangelizar

Todos estamos llamados a evangelizar, y gracias al don del Espíritu Santo, estamos bien equipados para esta misión. Puede que no signifique difundir el Evangelio en un país extranjero o ir de puerta en puerta con la Buena Nueva -y puede que requiera superar algunos miedos-, pero el Señor nos pide a cada uno de nosotros que salgamos de nuestra zona de confort y evangelicemos de tú a tú.

Hay alguien en tu vida ahora mismo a quien Jesús anhela llamar hacia sí. Quiere entablar una relación con ellos y bendecirlos con sus sacramentos. En este Año de la Misión, los católicos de todo EE.UU. están diciendo "sí" a una forma especial de acompañamiento de corazón a corazón llamada la Camina con alguien iniciativa. Esta es tu oportunidad de ser el instrumento de Dios en la vida de otra persona. Imagina cómo se transformarán nuestras familias, barrios y país si cada católico activo responde a esta llamada.

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Una guía sencilla

El acompañamiento guiado por el Espíritu tiene cuatro etapas naturales, que se describen brevemente a continuación. Descarga esta guía para saber más sobre cada etapa y el proceso de discernimiento.

*Estos PDF están organizados en un formato de una sola página para impresoras de tamaño estándar.

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Cimentados en la oración

La oración es una parte vital de la evangelización, que nos permite estar en sintonía con las mociones del Espíritu Santo. Enraíza todo este Jornada en la oración con el Examen Eucarístico.

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Las etapas de la compañía espiritual

1
Identifique
No elijas a alguien sin más. Pregúntale a Dios a quién quiere que acompañes en su Jornada casa a la Iglesia. Él te señalará a la persona que tiene en mente y abrirá las puertas para las conversaciones que deben tener lugar.
Imagen de un niño rezando en una iglesia
Imagen de un niño rezando en una iglesia
Identifique
No elijas a alguien sin más. Pregúntale a Dios a quién quiere que acompañes en su Jornada casa a la Iglesia. Él te señalará a la persona que tiene en mente y abrirá las puertas para las conversaciones que deben tener lugar.
Imagen de un hombre rezando el rosario
2
Interceda
En cuanto el Señor ponga a alguien en tu corazón, ¡empieza a rezar por él! Pide a Dios que elimine los obstáculos que dificultan el acercamiento de esta persona a Cristo y a su Iglesia. Pide la gracia de poder acompañarles bien.
3
Conectar
Busca formas de entablar una relación más profunda con esa persona. Reúnete con ella para tomar un café o comer. Escucha atentamente los impulsos del Espíritu Santo mientras conoces las alegrías y luchas de tu amigo. Comparte con él algunas de las tuyas.
Los feligreses adoran a Nuestro Señor en el tabernáculo de una iglesia
Una imagen de hombres hablando y riendo en grupo
Conectar
Busca formas de entablar una relación más profunda con esa persona. Reúnete con ella para tomar un café o comer. Escucha atentamente los impulsos del Espíritu Santo mientras conoces las alegrías y luchas de tu amigo. Comparte con él algunas de las tuyas.
Una imagen de personas arrodilladas en los bancos de una iglesia
4
Invite a
Sigue los impulsos del Espíritu Santo. Cuando llegue el momento, invita a tu amigo a dar un paso concreto para fomentar su relación personal con Jesús y con la Iglesia. Esto podría significar unirse a ti en un pequeño grupo o en la Misa del domingo.

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