Habiendo considerado el Credo en general, veamos más de cerca el contenido de esta declaración de nuestra Fe. Al examinar las frases, el Credo expone muy claramente las principales verdades sobre la Santísima Trinidad, nuestra creencia en Un Dios en Tres Personas. Como nuestro Catecismo actual cita del Catecismo Romano (o Catecismo del Concilio de Trento), explicando "El Credo está dividido en tres partes: 'la primera parte habla de la primera Persona divina y de la obra admirable de la creación; la siguiente habla de la segunda Persona divina y del misterio de su redención de los hombres; la última parte habla de la tercera Persona divina, origen y fuente de nuestra santificación"(CIC, n. 190).
Charles Belmonte amplía esta introducción a las tres partes del Credo:
- Una confesión de fe en Dios, el Padre, nuestro Creador, hacedor del cielo y de la tierra, de todas [las cosas visibles e invisibles].
- Una confesión de fe en Cristo, nuestro Señor. Él es Dios, que por obra del Espíritu se encarnó [de] la Virgen María y se hizo hombre. A continuación, nos centramos en la Pasión y Muerte de Cristo en la Cruz; su Resurrección, Ascensión y participación en el juicio para reinar eternamente, como fue anunciado por el ángel a la Virgen María (Lc. 1, 33).
- Una confesión de fe en los medios de salvación, suministrados por Dios, el Espíritu Santo, dador de vida sobrenatural. Declaramos cómo actúa a través de la Iglesia(Comprender la Misa, p. 100-101).
Siguiendo con la última parte del Credo, Belmonte escribe: "[Yo] creo en una Iglesia santa, católica y apostólica. [La palabra] católica significa 'universal', un recordatorio de que la Iglesia existe en todo el mundo y abarca toda la revelación de Dios... La Iglesia es apostólica porque remonta sus orígenes a Cristo a través de los apóstoles y siempre enseña el mensaje que los apóstoles recibieron de él"(Comprender la Misa, p. 101). La Iglesia es una y santa porque está fundada por Cristo y guiada por el Espíritu Santo hacia la unidad y la santidad que Jesús llama a vivir a todos los cristianos. Llamamos a esta lista las Cuatro Marcas de la Iglesia. Estas características son como puntos de referencia o rasgos distintivos que nos ayudan a conocer la única y verdadera Iglesia de Jesús.
Al repasar cada frase, repasamos las verdades en las que creemos, y también se nos invita a reflexionar sobre las formas en que Dios se nos ha dado a conocer. Recordamos los pasos de la historia de la salvación y el momento en que Dios habita entre nosotros. Recordamos el don supremo del amor de Dios y el don del Espíritu Santo que ayuda a unirnos y fortalecernos para la vida en ese amor. Como concluye Belmonte:
"El Credo no es otra cosa que la maravillosa historia del amor de Dios por nosotros... En estos tiempos de confusión doctrinal, debemos tener cuidado de no comprometer el contenido de nuestra fe, ni siquiera en las cosas pequeñas... Merece la pena, sobre todo, decidirnos a tomar en serio nuestra vida cristiana. Cuando recitamos el Credo, afirmamos que creemos en Dios Padre Todopoderoso, en su Hijo Jesucristo, muerto y resucitado, y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Afirmamos que la Iglesia -una, santa, católica y apostólica- es el cuerpo de Cristo vivificado por el Espíritu Santo. Nos alegramos en el perdón de los pecados y en la esperanza de la resurrección. Pero, ¿penetran esas palabras hasta el fondo de nuestro propio corazón? ¿O se quedan sólo en nuestros labios?".(Comprender la Misa, p. 102).
Decimos el Credo a menudo, y muchos de nosotros podemos seguirlo sin pensar realmente en las palabras. Pero, ¿no sería provechoso preguntarnos realmente qué estamos diciendo? ¿Qué verdades proclamamos juntos? ¿Qué queremos decir cuando pronunciamos esas palabras?
1. Dedica un tiempo a reflexionar sobre cada una de las cuatro marcas de la Iglesia (una, santa, católica, apostólica), utilizando el Catecismo u otro recurso. Considera cómo experimentas la unidad, la santidad, la universalidad y la tradición viva de la Iglesia en tu propia vida.
2. En tu reflexión sobre el Credo, ¿qué línea(s) o frase(s) te llama(n) más la atención? Reza con estas secciones e invita al Espíritu Santo a Liderar que te lleve a una comprensión más profunda de los misterios de nuestra Fe.