¿Cuál es el trasfondo de las Plegarias eucarísticas? Comenzamos con lo que Jesús mismo dijo e hizo. El P. Guy Oury escribe: "Según San Pablo y San Lucas, Jesús 'dio gracias'(1 Co 11,24; Lc 22,17). Según san Mateo y san Marcos, 'bendijo'(Mt 26,26; Mc 14,22). Las dos expresiones son equivalentes. Designan una oración de bendición y acción de gracias, habitual entre los judíos. El ritual de la cena pascual, que pudo ser el marco de la institución y primera celebración de la Eucaristía, incluía una oración de este tipo"(La Misa, p. 92-93). Si echamos un vistazo a los Evangelios, veremos a Jesús dando gracias a menudo. Esto nos recuerda la palabra Eucaristía, que significa acción de gracias.
Como observa Edward Sri, "los eruditos han señalado que la plegaria eucarística tiene sus raíces en las oraciones de mesa judías que se recitaban en cada comida. Cerca del comienzo de la comida, el padre de familia o el que presidía la comunidad tomaba el pan y pronunciaba una bendición(barakah) que alababa a Dios, diciendo: 'Bendito seas, Señor, Dios nuestro, rey del universo, que has traído el pan del cielo'. El pan se partía y se repartía a los participantes, que empezaban a comer... Cuando la comida llegaba a su fin, el celebrante rezaba una segunda baraká, más larga, sobre una copa de vino. Esta bendición constaba de tres partes: 1) alabanza a Dios por su creación; 2) acción de gracias por su obra redentora en el pasado (por ejemplo, la entrega de la alianza, la tierra, la ley); y 3) súplica por el futuro, para que las obras salvíficas de Dios continuaran en sus vidas y alcanzaran su punto culminante en el envío del Mesías que restauraría el reino davídico"(Un paseo bíblico por la misa, p. 93). ¿No les suena familiar esa estructura y ese contenido? Sri continúa diciendo que este patrón se encontraba en las primeras oraciones eucarísticas y sigue estando presente hoy en día. También vemos este patrón en los escritos de San Justino y San Hipólito.
Tiene sentido que Jesús rezara siguiendo el modelo del pueblo judío de su época. Lo que era diferente, y lo que cambia estas oraciones para nosotros, es cuando Jesús dijo: "Esto es Mi Cuerpo. Esta es Mi Sangre". Como continúa el P. Oury, "En sus oraciones de bendición, y especialmente en la que pronunció la víspera de la Pasión para la institución de la Eucaristía, Jesús fue más allá de las oraciones de bendición de sus contemporáneos. No sólo se refirió a los beneficios de la creación o a las bendiciones de la historia de la salvación en el Antiguo Testamento. Mostró las promesas cumplidas en sí mismo... En la Última Cena, Jesús dejó a sus discípulos un memorial de su alianza. Les dejó ciertas acciones para que se perpetuaran: partir y repartir el pan, presentar el cáliz, junto con las palabras de institución"(La Misa, p. 94).
Conocer mejor el trasfondo judío puede sernos de gran ayuda para comprender las costumbres y referencias que encontramos en las Escrituras, así como para ver cómo tomaron forma muchas oraciones de la Misa. Sobre todo, este trasfondo puede ayudarnos a comprender aún más claramente el anhelo del Mesías y el asombroso regalo que es Jesús al estar realmente presente con nosotros. A medida que continuemos nuestra Jornada a través de las partes de la Misa, las notas de acción de gracias y alabanza seguirán estando presentes, así como los continuos recordatorios de cómo Jesús está verdaderamente presente con nosotros y por qué la Misa es una oración de alabanza al Padre tan única y perfecta. Reto para la semana: Fíjate cuántas veces notas el "gracias" presente en la Misa.
1. Acepta el reto del P. Luke de contar el número de veces que oyes referencias a "gracias" o "acción de gracias" durante la Misa.
2. ¿Tienes amigos o conocidos judíos? Si las relaciones lo permiten, pregunta a tus amigos si practican las oraciones de la comida y cómo lo hacen.
