Como hemos estado reflexionando sobre las Intercesiones de las Plegarias Eucarísticas, quizá sea un buen momento para abordar todos esos nombres de santos de la Plegaria Eucarística I. ¿Quiénes son todas esas personas? Por supuesto, la primera lista comienza con María y José y luego los "bienaventurados Apóstoles y Mártires", incluyendo a Pedro, Pablo, Andrés (hermano de Pedro), Santiago ("el Mayor": el hermano de Juan), Juan, Tomás, Santiago ("el Menor": el hijo de Alfeo), Mateo, Bartolomé, Simón ("el Zelote") y Judas (también llamado Tadeo).
Continuando con esta primera lista de santos en la Plegaria Eucarística I, como señala Charles Belmonte, "Cinco papas encabezan la lista: San. Cinco papas encabezan la lista: los tres primeros sucesores de san Pedro, Lino, Clito y Clemente; luego, dos papas del siglo III, Sixto II y Cornelio; Cipriano, obispo de Cartago, intrépido defensor de la unidad católica; el diácono Lorenzo, que cuando su perseguidor le exigió los 'tesoros' de la Iglesia, le mostró cientos de pobres; Crisógono, sacerdote romano que llevó a cabo la santa obra de consolar a los cristianos que estaban en prisión; dos hermanos, Juan y Pablo, ambos oficiales del palacio imperial [romano], que fueron condenados a muerte bajo [el emperador] Juliano el Apóstata; y por último, Cosme y Damián, dos médicos orientales que prestaron su ayuda gratuitamente, y en cuyas tumbas se produjeron 'aún más curaciones de las que habían efectuado en su vida'"(Comprender la Misa, p. 158).
En cuanto a la segunda lista de santos de la Plegaria Eucarística I, se pide "alguna participación en la comunión" de varios santos mártires. Belmonte prosigue: "Menciona, en primer lugar, a Juan (aquí, evidentemente, San Juan Bautista), y luego a siete hombres, seguidos de siete mujeres, todos mártires. Esteban es el primer diácono, cuyo glorioso martirio se relata en los Hechos de los Apóstoles (6,8-7,60). Siguen dos apóstoles: Matías, elegido para ocupar el lugar de Judas (Hch 1,15-16) y probablemente excluido de la primera lista para no sobrepasar el número de doce, y Bernabé, compañero de San Pablo en su primera misión Jornada. Ignacio es el célebre obispo de Antioquía, condenado a ser entregado a las fieras en Roma bajo el [emperador] Trajano. Aparte de sus nombres y del lugar de su martirio, poco más se sabe de Alejandro, del sacerdote Marcelino y del exorcista Pedro, todos ellos ejecutados en la gran persecución de [emperador] Diocleciano. La lista continúa con los nombres de dos jóvenes, Felicidad y Perpetua (sus nombres forman la expresión "felicidad eterna"), que confesaron su fe en Cartago [en el norte de África]; y de Ágata y Lucía en Sicilia. Concluye con los nombres de dos jóvenes mártires amadas por los romanos, Inés y Cecilia; y de Anastasia, martirizada en Sirmium y honrada más tarde en Roma"(Comprender la Misa, pp. 159-160).
Todos estos santos son importantes porque formaron parte de los muchos primeros testigos de Jesucristo y de la fe cristiana. Son nuestros padres espirituales, nuestros hermanos y hermanas mayores en Cristo, que nos mostraron que valía la pena vivir y morir por nuestra fe. Nos mostraron que, fortalecidos por la verdadera presencia de Cristo en la Eucaristía y la presencia del Espíritu Santo en sus corazones, podían superar cualquier persecución y sufrimiento, hasta el punto de ser asesinados. Estos santos nos dan una gran esperanza, y sus oraciones por nosotros nos dan la confianza de que también nosotros podemos vivir la fe como ellos, que podemos vivir nuestra vida en Cristo cada día y esperar la gloria del cielo.
1. El P. Lucas explica el papel de los santos que aparecen en la Plegaria Eucarística I en el testimonio de la fe. Dedica un tiempo a rezar por las personas de tu vida que te han dado testimonio de la fe.
2. La próxima vez que oigas a un celebrante usar la Plegaria Eucarística I, presta atención a los nombres de la lista de santos y da gracias por su presencia con nosotros -como miembros de la Comunión de los Santos- en la Misa.