Esta semana, continuamos con las acciones significativas que tienen lugar durante el Cordero de Dios. El Misal Romano indica que durante el canto o la recitación del Cordero de Dios, el sacerdote "toma la hostia, la parte sobre la patena y deposita un pedacito en el cáliz, diciendo en voz baja: 'Que esta mezcla del Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo traiga la vida eterna a quienes la recibimos'". Llamamos a esta parte de la Misa la Fracción o la Partición y la Mezcla. La Enciclopedia Católica enseña que, "La 'Fracción', del latín, fractio, es el acto de partir el pan de las especies consagradas en la Misa"(Enciclopedia Católica, p. 226), razón por la cual la Fracción es a veces llamada el rito de la Fracción. "Este rito, sencillo en apariencia, está lleno de antiguo significado. En la Última Cena, Jesús 'partió el pan' para distribuirlo entre los discípulos. Tras la Resurrección, los discípulos reconocieron a Jesús en la 'Fracción del Pan'. Tanto en los Hechos de los Apóstoles como en las cartas de San Pablo, la celebración eucarística se denomina a menudo 'fracción del pan'".(A Study of theMass" p. 19). El Dr. Edward Sri señala varios pasajes de las Escrituras relativos a la "fracción del pan", entre ellos: Mt 14:19; 15:36; Mc 6:41; 8:6; Lc 9:16; Mt 26:26; Mc 14:22; Lc 22:19; 1 Co 11:24; Lc 24:30; Hch 2:42, 46 (Unpaseo bíblico por la misa, pp. 132-33).
"Partir el Pan" es un signo de nuestra unidad, compartiendo juntos "un solo pan". Aunque por practicidad muchas iglesias usan hostias más pequeñas para la distribución de la Sagrada Comunión, el simbolismo de la fractura nos recuerda que estamos unidos juntos en Cristo, no sólo en la Misa donde estamos sino también con los presentes en la Misa en todo tiempo y lugar. Otro signo de unidad es la indicación de la Iglesia de que, si es posible, los fieles comulguen de hostias consagradas en esa Misa concreta. Sabemos que Cristo está verdaderamente presente y permanece así en las hostias reservadas en el sagrario. Recibir hostias consagradas en la Misa en la que estamos participando proporciona un signo de unidad y también refuerza nuestra participación en el sacrificio de Cristo. (Recordemos de los tiempos del Antiguo Testamento/Templo que a la gente se le daba una porción del sacrificio, y su participación se completaba comiendo esa porción).
Como se mencionó anteriormente, después de la ruptura inicial de la Hostia, el sacerdote rompe un pequeño trozo y lo coloca en el cáliz. Esto se llama "Mezclar". Como explica la Diócesis de Peoria, "Colocar un trozo de la hostia en el cáliz es una costumbre muy antigua que se remonta al menos al siglo IV. Originalmente, fue diseñado para mostrar la unidad y la comunión entre el Papa, los obispos y sus Iglesias locales. Fragmentos de la hostia de las misas celebradas por el Papa o el obispo eran llevados por los diáconos a las iglesias locales y colocados en los cálices durante la celebración de la misa. Simbolizaba la realidad de que toda la [I]glesia está presente en cada misa. Aunque hoy no se practica como tal, la mezcla del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo sigue siendo una parte hermosa del Rito de la Comunión, ya que expresa una gran realidad. Cuando tiene lugar la consagración, el pan y el vino se consagran por separado, porque así es como nuestro Señor instituyó el sacrificio memorial de su muerte en la cruz. Él anticipó cómo tendría lugar Su muerte: la separación de Su Cuerpo y de Su Sangre y Él se desangró hasta Su muerte en la cruz. La mezcla en este punto durante la Misa simboliza la Resurrección de Jesús cuando al tercer día Su Cuerpo y Su Alma se reunieron para siempre"(A Study of the Mass, p. 19).
Recordándonos que todo Cristo está presente en la Hostia Consagrada y/o en el Cáliz, Carlos Belmonte escribe: "Algunos dicen que las especies separadas significan la Víctima en estado de muerte (el cuerpo en un lugar, la sangre en otro), mientras que en realidad nuestro Señor está presente en cualquiera y en ambas especies, como está en el cielo, vivo y glorioso. Por tanto, la mezcla simboliza la reunión del cuerpo y el alma de Cristo como en su resurrección. Sin embargo, es probable que la mezcla respondiera a la necesidad dogmática de mostrar claramente la unidad e indivisibilidad del cuerpo y la sangre de Jesucristo"(Comprender la Misa, pp. 179-80).
Como sacerdote, me gusta mucho pensar en la antigua costumbre de que el diácono traiga un fragmento de una hostia consagrada en misa por el obispo. A veces, después de la oración de unión, rezo en silencio una breve oración por el obispo. Pido al Señor que le conceda sabiduría y fuerza para Liderar . Le pido que se fortalezca con la recepción de la Eucaristía y que su corazón siga asemejándose cada vez más al de Cristo. En ese momento, este signo de unidad me recuerda el día de la ordenación, cuando los sacerdotes prometen respeto y obediencia al obispo y a sus sucesores. La Eucaristía es realmente nuestro sacramento de unidad, que nos lleva a todos a una mayor unidad con Cristo y entre nosotros.
¡Todo eso a partir del Rito de la Fracción y de la Mezcla! Este rito nos muestra muy concretamente que no hay partes de la Misa sin significado profundo, incluso gestos que pueden parecer pequeños. ¿Significa esto que tenemos que prestar atención en todo momento? Hazlo lo mejor que puedas, y date cuenta de que, si te despistas, podrías perderte algo realmente especial.
1. Ora con uno o más de los pasajes de la Escritura que presentan la "Fracción del Pan", como Mt 14:19, 15:36, 26:26; Mc 6:41, 8:6, 14:22; Lc 9:16, 22:19, 24:30; Hch 2:42, 46; 1 Co 11:24. Descansa en tu conciencia de formar parte de la "gran nube de testigos" unidos en la "Fracción del Pan".
2. Presta especial atención al Rito de la Fracción y a la Mezcla la próxima vez que participes en la Misa. 3. Reza por tu obispo local y por la unidad de la Iglesia local y universal.