Estecompañero de oración eucarística está diseñado para ayudarle a pasar de treinta minutos a una hora en meditación y oración silenciosa con Jesús durante la adoración eucarística. Incluso si no puedes estar físicamente presente en una iglesia o capilla de adoración con el Santísimo Sacramento, puedes unirte espiritualmente a Jesús en la Eucaristía mientras pasas este tiempo en oración.
LA GRACIA QUE BUSCO: crecer y abundar en amor
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO. AMÉN.
Detente unos instantes ante Jesús Eucaristía. Permítete tomar conciencia del don que Jesús te hace de sí mismo. Imagina que Jesús te mira, te mira a los ojos con una mirada llena de amor. Él ve en lo más profundo de tu corazón. Lleva toda tu vida a Jesús. Comparte con él tus miedos, tus esperanzas, tus heridas, tus fracasos y tu amor. Jesús te escucha con atención. Háblale con confianza. No hay límites para la profundidad de tu amistad con él. Después de hablarle con el corazón, detente, espera, escucha. Descansa en su mirada de amor.
Agradece aJesús el don de sí mismo en la Eucaristía.
PIDE LA GRACIA: Jesús, te pido la gracia de crecer en el amor hacia todos los que has puesto a mi alrededor.
Lee despacio, 3-4 veces, haciendo pausas entre cada lectura. Fíjate en las palabras o frases que más te llamen la atención. Presta atención a cualquier sentimiento que puedas tener mientras oras y proclamas la Palabra de Dios. Permite que las palabras de la Escritura hablen a lo que estás viviendo en este momento. Pide al Espíritu Santo que te hable a través de este pasaje.
"Que el Señor os haga crecer y abundar en amor mutuo y para con todos, como nosotros lo tenemos para con vosotros, a fin de fortalecer vuestros corazones, para que seáis irreprensibles en santidad ante nuestro Dios y Padre en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. Amén". (1 Tesalonicenses 3:12-13)
Permítete sentarte un rato con estas preguntas, atento a cómo el Señor habla en tu corazón.
Al comenzar este tiempo de Adviento, se nos invita a centrarnos en el amor. San Pablo nos dice que nuestros corazones se fortalecen creciendo en el amor "los unos por los otros y por todos". ¿En quién te invita el Señor a fijarte en este Adviento para que crezca tu amor por él?
Lee despacio, 3-4 veces. De nuevo, deja que las palabras de la Escritura inunden tu mente y tu corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable de manera personal a través de este pasaje.
"Pero cuando comiencen a suceder estas señales, manteneos erguidos y levantad la cabeza, porque vuestra redención está cerca..... Tened cuidado de que vuestros corazones no se adormezcan a causa de las juergas, las borracheras y las angustias de la vida cotidiana, y aquel día os sorprenda como una trampa." (Lucas 21:28, 34)
Iniciamosel Adviento con este poderoso pasaje del Evangelio en el que Jesús nos habla de su segunda venida. Su venida es segura. Vendrá en gloria. Vendrá, como proclamamos en el Credo de Nicea, "a juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin". Jesús quiere que estemos listos, que nuestros corazones estén despiertos y preparados para su venida, e identifica aquellos hábitos que nos adormecen: la juerga, la embriaguez y las ansiedades de la vida cotidiana. Al comenzar el Adviento Jornada, ¿te está ayudando Jesús a tomar conciencia de algún hábito o adicción o ansiedad en tu vida que Él quiere que le traigas en tu preparación para la Navidad? ¿Cómo puedes mantener tu corazón "despierto" para la venida de Cristo?
Comparte con Jesús los pensamientos y sentimientos que han aflorado mientras orabas con la Palabra de Dios. Ábrele tu corazón. Jesús quiere conocer tus sueños, tus deseos, tus miedos. Puedes compartir cualquier cosa. Jesús lo recibirá con gran amor. Luego permanece en silencio con el Señor. Deja que hable en el silencio, en tu corazón. Permanece en su presencia. Si te ayuda, escribe lo que sientes que el Señor te comunica durante este tiempo de oración.
Concedea tus fieles, te rogamos, Dios todopoderoso, la resolución de salir al encuentro de tu Cristo con obras justas en su venida, para que, reunidos a su diestra, sean dignos de poseer el Reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. (Colecta, I domingo de Adviento)
Encada Misa, Jesús se ofrece al Padre por nosotros. Durante el Ofertorio, todas nuestras necesidades y deseos, todo nuestro ser y todo lo que ofrecemos al Señor, se depositan sobre el altar para unirse a la ofrenda del sacerdote y, a través de él, a la ofrenda de Cristo. Este domingo, ofrece tu deseo de mirar hacia arriba en medio del mal y de la oscuridad para ver a los que te rodean a los que el Señor te pide que ames de un modo especial.
Despuésde reflexionar sobre cómo amar a los que te rodean incluso ante las dificultades, pide al Señor que te haga consciente de una persona, en particular, que necesita amor y apoyo. Pide al Señor la fuerza para acompañar a esa persona, y realiza dos actos concretos de amor hacia ella, como una llamada telefónica, un café, una tarjeta, o incluso sólo una conversación intencionada.
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