Cada momento de la liturgia nos incorpora más plenamente como miembros del Cuerpo de Cristo, por lo que cada vez que celebramos la Misa, ¡nuestras vidas deberían cambiar como resultado! ¿Por qué? Porque el Sacrificio de la Misa no es sólo una transformación del pan y del vino, sino también una transformación de cada uno de nosotros cuando participamos plenamente en la liturgia. Nos capacita para vivir nuestras vidas como pan partido para los demás.
En el Congreso Eucarístico de Atlanta 2022, el Cardenal Blase Cupich descubrió la conexión esencial entre la Eucaristía, nuestra propia transformación y la Resurrección de Cristo. Vea el discurso completo del Cardenal Cupich AQUÍ.
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