Esta Meditación Eucarística está diseñada para ayudarte a pasar de treinta minutos a una hora en meditación y oración silenciosa con Jesús durante la adoración eucarística. Incluso si no puedes estar físicamente presente en una iglesia o capilla de adoración con el Santísimo Sacramento, puedes unirte espiritualmente a la Eucaristía mientras pasas este tiempo en oración.
LA GRACIA QUE BUSCO: superar mis inseguridades a la hora de proclamar el Evangelio a un mundo tan necesitado del amor de Dios.
ENEL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.
Detente unos instantes y permítete tomar conciencia de la entrega de Jesús en la Eucaristía. Date cuenta de que, en este preciso momento, el Señor de la Vida te está mirando con gran amor. Permítete acoger su mirada de amor. Eres su hijo amado. Descansa en su mirada de amor.
Agradece a Jesús el don de sí mismo en la Eucaristía.
PIDE LA GRACIA: Jesús, ayúdame a proclamar sin miedo el Evangelio al mundo.
Lee despacio, 3-4 veces. Deje que las palabras de la Escritura inunden su mente y su corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable a través de este pasaje.
Pero recibiréis poder, cuando venga sobre vosotros el Espíritu Santo, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra". Dicho esto, mientras ellos miraban, fue alzado, y una nube lo ocultó de sus ojos". (Hechos 1:8-9)
Permítete sentarte un rato con estas preguntas, atento a cómo el Señor habla en tu corazón.
Cuando Jesús subió al cielo, no nos abandonó. Prometió darnos su Espíritu para que pudiéramos compartir con valentía su misión salvadora. ¿Cómo puedo ser hoy más fiel en mi discipulado, pidiendo la gracia de superar los temores que pueden frenarme? ¿Cómo puede estar llamándome el Señor a caminar por la fe en vez de por la vista para ser su instrumento de nuevas maneras?
Lee despacio, 3-4 veces. Deja que estas palabras inunden tu mente y tu corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable a través de esta meditación.
"Jesús dijo a sus discípulos: 'Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura. El que crea y se bautice se salvará'". (Marcos 16:15-16)
La "Gran Comisión" de Jesús es clara: ¡salid, predicad, enseñad y bautizad! Pídele a Jesús que te ayude a identificar un lugar en tu vida -tu lugar de trabajo, tu barrio, incluso dentro de las paredes de tu casa- que necesite el Evangelio. ¿Cómo puedes dar testimonio del Reino en ese lugar de una manera auténtica? Considera de manera especial el bienestar de los más vulnerables -incluidos los no nacidos y los ancianos- que a menudo son olvidados y, sin embargo, están tan cerca del corazón de Dios.
Permanece en silencio con el Señor. Deja que hable en el silencio, en tu corazón. Acoge su presencia. Si te ayuda, escribe lo que sientes que el Señor te comunica durante este tiempo de oración.
Alégranos con santas alegrías, Dios todopoderoso, y haz que nos regocijemos con devota acción de gracias, porque la Ascensión de Cristo, tu Hijo, es nuestra exaltación, y, donde la Cabeza ha ido antes en la gloria, el Cuerpo está llamado a seguir en la esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Colecta, Solemnidad de la Ascensión del Señor)
En cada Misa, Jesús se ofrece al Padre por nosotros. Siempre podemos unir nuestras propias ofrendas a las de Jesús en la Misa. Este domingo, ofrece tu deseo de irradiar la luz del Evangelio. Pide que se profundice la gracia de ser la luz de Jesús para los demás.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a identificar a una persona en tu vida que más necesite escuchar la Buena Nueva del amor y la misericordia de Dios, y luego busca la manera de ser testigo de su amor y misericordia por ella, ya sea en persona o por escrito.
¿Le gustaría imprimir una copia de este recurso para llevarla consigo a la capilla para orar? Haga clic aquí para descargar las Meditaciones Eucarísticas en inglés o español.