Encuentro personal

La Ascensión: La Iglesia, Cuerpo de Cristo

Este compañero de oración eucarística está diseñado para ayudarle a pasar de treinta minutos a una hora en meditación y oración silenciosa con Jesús durante la adoración eucarística. Incluso si no puedes estar físicamente presente en una iglesia o capilla de adoración con el Santísimo Sacramento, puedes unirte espiritualmente a Jesús en la Eucaristía mientras pasas este tiempo en oración. Durante el Tiempo Pascual, ofrecemos reflexiones enraizadas en la tradición de la mistagogía. Se trata de una antigua forma de catequesis litúrgica que nos invita a profundizar en los misterios sagrados que experimentamos en la Misa y en los sacramentos. Cada semana te invitaremos a reflexionar sobre un rito o parte de la Misa y un fragmento del Evangelio del domingo.

LA GRACIA QUE BUSCO Creer que Jesús quiere que forme parte de su Cuerpo vivo, la Iglesia. 

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.

Jesús, el Señor de la Vida, se ha entregado a ti en la Eucaristía. En este momento te mira con gran amor a ti, su hijo predilecto. Detente unos instantes y déjate penetrar por su mirada de amor. Agradece a Jesús el don de sí mismo en la Eucaristía.

PIDE LA GRACIA: Jesús, ayúdame a creer que tienes un lugar para mí en tu Cuerpo vivo, la Iglesia.

MEDITANDO SOBRE LOS MISTERIOS NARRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN

Lee despacio, dejando que tus sentidos te ayuden a entrar en este momento de la Misa. Deja que el Espíritu Santo llene tu corazón con su gracia divina, para que el misterio escondido de este momento en nuestro memorial del sacrificio de Cristo se te revele más abundantemente.

Las palabras no pueden expresar la profunda experiencia de tu espíritu al participar en el sacrificio de Cristo. Te haces consciente de tu participación, en el tiempo, en el culto de la eternidad. Ves al sacerdote, eres consciente de la asamblea reunida, de los ángeles y de los santos. Sin embargo, esto no es suficiente. Ahora te unes fervientemente en intercesión por el Papa, por tu obispo, por el clero y por toda la Iglesia del mundo. Rezáis por la reunión de todos los hijos dispersos del Padre y por los difuntos. En esta Misa se revela plenamente el amor del corazón de Jesús, su sacrificio de una vez por todas. Sientes que tu propio corazón es atraído por el mismo deseo de Jesús y te das cuenta de que tú también tienes sed de la comunión completa y total que Jesús prometió, "que cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12, 32).

Sacerdote levantando las manos en oración sobre el altar durante la misa

PARA REFLEXIONAR

Permítete reflexionar un rato, atento a cómo habla el Señor en tu corazón.

¿Cómo puede tu propio silencio y compostura interior (serenidad) ayudarte a entrar profundamente en el misterio del Cuerpo de Cristo? ¿Cómo puede tu unión con la asamblea en la Misa no ser una distracción de Jesús sino una oportunidad para una comunión más profunda a través de, con y en Jesús? ¿Cómo puede tu propio ars celebrandi (arte de celebrar/participar) en la Misa ayudar a revelar el misterio de la adoración del Cuerpo (nosotros) por la Cabeza (Jesús)?

MEDITACIÓN EVANGÉLICA

Lee despacio, 3-4 veces. Deja que las palabras de la Escritura inunden tu mente y tu corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable a través de este pasaje.

Todo poder me ha sido dado en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mateo 28:18-20)

‍PARA REFLEXIONAR

Permítete reflexionar un rato, atento a cómo habla el Señor en tu corazón.

Las palabras de despedida de Jesús a sus discípulos son palabras de envío misionero. Él quiere que todos formen parte de su Cuerpo, la Iglesia. Mientras te sientas en silencio con Jesús, pídele que te ayude a abrazar más profundamente tu lugar en su Cuerpo místico y a llenarte de celo para invitar a otros a formar parte de su Cuerpo, la Iglesia.

Permanece en silencio con el Señor. Deja que hable en el silencio, en tu corazón. Acoge su presencia. Si te ayuda, escribe lo que sientes que el Señor te comunica durante este tiempo de oración.

ORACIÓN FINAL

Alégranos con santas alegrías, Dios todopoderoso, y haz que nos regocijemos con devota acción de gracias, porque la Ascensión de Cristo, tu Hijo, es nuestra exaltación, y, donde la Cabeza ha ido antes en la gloria, el Cuerpo está llamado a seguir en la esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.(Colecta, Ascensión)

‍CONEXIÓN MASIVA DOMINICAL

En cada Misa, Jesús se ofrece al Padre por nosotros. Siempre podemos unir nuestras ofrendas a las de Jesús en la Misa. Este domingo, ofrece tu deseo de participar plena, activa y conscientemente en la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

¿Le gustaría imprimir una copia de este recurso para llevarla a la capilla para rezar? Haga clic aquí para descargar las Meditaciones Eucarísticas para el Tiempo Pascual en inglés o español.