Encuentro personal

Tercer domingo de Adviento: Confiar en la presencia del Señor

‍Estecompañero de oración eucarística está diseñado para ayudarle a pasar de treinta minutos a una hora en meditación y oración silenciosa con Jesús durante la adoración eucarística. Incluso si no puedes estar físicamente presente en una iglesia o capilla de adoración con el Santísimo Sacramento, puedes unirte espiritualmente a Jesús en la Eucaristía mientras pasas este tiempo en oración.

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO: CONFIAR EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR

LA GRACIA QUE BUSCO: conocer y creer en la presencia del Señor en mi vida

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO. AMÉN.

Detente unos instantes ante Jesús Eucaristía. Permítete tomar conciencia del don que Jesús te hace de sí mismo. Imagina que Jesús te mira, te mira a los ojos con una mirada llena de amor. Él ve en lo más profundo de tu corazón. Lleva toda tu vida a Jesús. Comparte con él tus miedos, tus esperanzas, tus heridas, tus fracasos y tu amor. Jesús te escucha con atención. Háblale con confianza. No hay límites para la profundidad de tu amistad con él. Después de hablarle con el corazón, detente, espera, escucha. Descansa en su mirada de amor.

Agradece a Jesús el don de sí mismo en la Eucaristía.

PIDE LA GRACIA: Jesús, te pido la gracia de reconocer tu presencia en todos los aspectos de mi vida.

MEDITACIÓN BÍBLICA

Lee despacio, 3-4 veces, haciendo pausas entre cada lectura. Fíjate en las palabras o frases que más te llamen la atención. Presta atención a cualquier sentimiento que puedas tener mientras oras y proclamas la Palabra de Dios. Permite que las palabras de la Escritura hablen a lo que estás viviendo en este momento. Pide al Espíritu Santo que te hable a través de este pasaje.

"Yahveh, tu Dios, está en medio de ti, poderoso salvador; se alegrará por ti con gozo, y te renovará en su amor, cantará alegremente por ti, como se canta en las fiestas". (Sofonías 3:17-18a)

PARA REFLEXIONAR

Permítete sentarte un rato con estas preguntas, atento a cómo el Señor habla en tu corazón.

Hoy se nos recuerda que el Señor está en medio de nosotros para salvarnos. Se alegra por nosotros, se alegra de estar con nosotros y, cada uno de nosotros puede decir, se alegra de estar conmigo. Pide la gracia de imaginarte a Jesús alegrándose de estar a tu lado precisamente cuando más lo necesitas. Si te resulta difícil hacerlo, ¿puedes rezar con confianza para que Jesús te renueve en su amor? Permanece en esta preciosa experiencia de ser amado y querido, de pertenecer. ¿Hay algo que te impide permitir que esto suceda? Entrégaselo con total sinceridad.

MEDITACIÓN BÍBLICA

Lee despacio, 3-4 veces. De nuevo, deja que las palabras de la Escritura inunden tu mente y tu corazón. Deja que el Espíritu Santo te hable de manera personal a través de este pasaje.

Juan respondió a todos diciendo: "Yo os bautizo con agua, pero viene uno más poderoso que yo. No soy digno de desatar las correas de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego'". (Lucas 3:16)

PARA REFLEXIONAR

‍CuandoJesús viene a nosotros como nuestro Señor y Salvador, promete no dejarnos solos: nos envía el Espíritu Santo. ¿Cuántas veces al día recuerdas la presencia del Espíritu Santo? ¿Lo invocas tanto en los momentos de prueba como en los de alegría? Examina la semana pasada, tomando nota de las veces que te has acordado de invocar al Espíritu Santo en tu vida cotidiana.

Comparte con Jesús los pensamientos y sentimientos que han aflorado mientras orabas con la Palabra de Dios. Ábrele tu corazón. Jesús quiere conocer tus sueños, tus deseos, tus miedos. Puedes compartir cualquier cosa. Jesús lo recibirá con gran amor. Luego permanece en silencio con el Señor. Deja que hable en el silencio, en tu corazón. Permanece en su presencia. Si te ayuda, escribe lo que sientes que el Señor te comunica durante este tiempo de oración.

ORACIÓN FINAL

‍ODios, que ves cómo tu pueblo espera fielmente la fiesta de la Natividad del Señor, concédenos, te rogamos, alcanzar las alegrías de tan gran salvación y celebrarlas siempre con solemne adoración y alegre regocijo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. (Colecta, Tercer domingo de Adviento)

CONEXIÓN CON LA MISA DOMINICAL

En cada Misa, Jesús se ofrece al Padre por nosotros. Durante el Ofertorio, todas nuestras necesidades y deseos, todo nuestro ser y todo lo que ofrecemos al Señor, se depositan sobre el altar para unirse a la ofrenda del sacerdote y, a través de él, a la ofrenda de Cristo. Este domingo, ofrece tu deseo de reconocer la presencia del Espíritu Santo tanto en las pruebas como en las alegrías de tu vida.

MOMENTO MISIONERO

Elmundo necesita desesperadamente la alegría que sólo Dios puede dar. Piensa en una persona de tu vida con la que puedas compartir la alegría y la paz que has experimentado a través del don del Espíritu. Haz un esfuerzo concreto esta semana para compartir con ellos la alegría del Señor a través de la oración, la conversación o incluso pequeños actos de amabilidad.

¿Le gustaría imprimir una copia de este recurso para llevarla a la capilla para rezar? Haga clic aquí para descargar los Acompañantes de oración eucarística para los tiempos de Adviento y Navidad en inglés o español.